En este sentido, destinar muchos de los esfuerzos en la estrategia de marketing de contenidos también tiene que ver con su frecuencia y extensión, ya que a parte del tráfico directo es desde nuestra web, pero también desde los buscadores. Más concretamente, desde Google, que a través de su algoritmo determina si la información que proporcionan las webs es de calidad.
El contenido es tanto con lo que se cruza el usuario en internet como lo que consume dentro del proceso de compra de un servicio o producto. Estar presente en ese proceso resulta fundamental.